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jueves, 3 de febrero de 2011

Y a fin de cuentas, realmente no me amabas...


Me dices que soy yo, que no puedo verlo, pero que tú me amas profundamente y realmente quieres pasar el resto de tu vida conmigo, pero no es así. Sí, me atrevo a afirmarlo, si realmente me amaras estarías aquí, pendiente de mí, luchando por mí, por mí amor, por no perderme, estarías haciendo lo posible y hasta la imposible por quedarte conmigo, si realmente te importara algo te esforzarías, moverías cielo mar y tierra y nada te importaría más, porque eso es lo que se hace cuando se ama de verdad, uno lucha y lucha y sigue luchando aunque ya no tenga fuerzas, aunque ya no le queden ganas, aunque tenga que tomarlas prestadas y empeñar el alma; pero tu no haces nada, sólo te ofuscas y crees que con no hablar vas a solucionarlo todo…


Y al fin y al cabo cual es la solución que propones, ¿que me quede contigo, que nos veamos una vez al mes en el momento en que termines de farriar con tus amigos y disfrutar de tu vida, cuando finalmente te canses de eso y tengas un poco de tiempo para mí, y que aparte de eso estemos simplemente por estar, que lo acepte todo sin esperar nada, sin aspirar, sin ilusionarme, sin sentir, sin pensar?

¿Y acaso es eso verdadero amor?, ¿estar con alguien solo por estar?, ¿por obligación o por responsabilidad?... he sido ciega y tonta, más que tonta, pero ¿cómo me lo hubiera podido imaginar con tanto amor que profesabas y que aún osas profesar?, ¿cómo darme cuenta que todo era falso, cuando te entregué mi confianza y mi voluntad? Si confié en ti, si te entregué los mejores años de mi vida fue porque te amaba de verdad, por eso ahora, sin el velo de la ilusión y las esperanzas que día a día tejía llena de optimismo para estar contigo y ese mundo perfecto que pensé que había construido contigo, y no al lado de tu presencia ausente, puedo darme cuenta y afirmar que realmente, no me amas….

y a pesar de todo me pides que me quede contigo....¿por qué? y ¿para qué?

si alguien sabe la respuesta que me la diga, porque yo estoy cansada de darle vueltas en mi cabeza sin encontrar una solución...
¿acaso no fui nada más que un capricho? ¿un capricho de más de cinco años?

Psiqué tuvo miedo y dudó, miró el rostro de su amado y sin saber que al hacer eso lo destruiría todo, lo perdió, Eros se fue de su lado; pero Psiqué, estaba segura de si misma y de su amor... sabía que lo que sentía era amor verdadero; sabía que Eros era el Amor de su Vida y no estaba dispuesta a perderlo, por eso hizo todo por recuperarlo, por eso afrontó las tormentosas e inalcanzables pruebas que le porpuso Afrodita (inalcanzables para un humano, pero no para un amor inmortal), y salió victoriosa. Después de esto, Eros, pudo ver y apreciar el valor y la inmensidad del amor de Psiqué, perdonó su falla, que no era nada en comparación a todo por lo que había pasado ella para estar con él, supero el pasado inmediatamente, volvió a su lado y la amó eternamente...

Yo no creo que esta sea una historia edulcorada tipo Disney, creo que esto verdaderamente puede pasar, y es lo que pasa cuando existe verdadero amor... En mi caso yo fui tu Psique devota, que lo arriesgó todo y lo dejó todo y no hay ninguna forma en que puedas refutar esta afirmación...es sólo que esta historia no termina igual, porque tu amor no era como el de Eros, porque tu amor no era verdadero y porque después de todo, no me supiste apreciar...!

sábado, 28 de marzo de 2009

Las Aventuras de Ariel y su Dulce Manzana...

Segunda Parte: La Estratagema...

Claro que no fue casualidad, la harpía lo planeó todo, no es que yo no quisiera, es que estaba a punto de cumplir mis 23 años, como que me estaba dejando el tren, ya todas mis amigas estaban casadas, y yo sin anillo de compromiso, de diamantes claro, yo no me comprometo por cualquier zirconio. Y bueno, es que mi papi andaba en una actitud tan horrible, cada vez era más difícil que me diera dinero, la última vez le pedí un espejo mágico y no me lo quiso comprar, que dizque estaba aburrido de que botara una esfera de oro cada tres días; pero es que ¿yo qué culpa tengo de que no hagan las esferas cuadradas? o sea, uno se cansa de cargarlas y se van rodando quién sabe por dónde, ni que valieran tanto como para irme detrás.

O sea, yo soy toda una princesa, cómo no iba a tener mi súper espejo mágico, además ese no era un buen motivo para no comprármelo. Me dijo que si lo quería lo consiguiera por mi cuenta, y eso fue lo que hice, claro que él esperaba que me pusiera a trabajar, es que definitivamente la vejez no llega sola, ya me tenía aburrida, es que se le ocurría cada cosa, o sea, ¿trabajar yo?.

El espejo que le dio a la vieja era falso, terminó por romperse en mil añicos, a mi me dio el verdadero. Le quité de encima su sapo y me gane mi espejo y un marrano, porque plata era lo que tenía, obvio no se lo podía presentar a mis amigas como “fulanito del pantano”, no, obvio no, pero conseguirle título de nobleza no fue difícil, y ella me aseguró que sabía exactamente que hacer para volverlo humano.

La hechicera esa era bien rara, tenía una obsesión por el oro, o sea, yo le di una de mis esferas, pero a Ariel le pidió su cabellera, que porque le recordaba sus “rizos de oro” estaba bien loca, debe ser porque se crió entre osos, o eso es lo que dicen, quien sabe si sea verdad, pero al menos la pócima para volverlo humano fue bastante efectiva.


¿Quieren que continue??



viernes, 27 de marzo de 2009

Las Aventuras de Ariel y su Dulce Manzana...

Aquí les dejo lo último que escribí, ya había escrito algo similar antes, y van a pensar que tengo una obsesión con los cuentos infantiles, y las historias de hadas, y pues... maybe, pero no pienso gastar 4 años asistiendo a sesiones de psicoanálisis para descubrirlo, con las introspecciones que se dan una vez al año es suficiente^^... hablando serio, fue para una tarea de la uni, pero no me molestó hacerlo, creo que así no tenía que quedar, pero bueno... salió algo largo, así que lo dejaré por partes, así que estén atentos a la secuencia...se aceptan criticas constructivas, y destructivas, ya saben: "En la guerra, el Amor y la crítica, todo se vale"...nuevo lema...que lindo me salió, no?

Primera Parte: La Boda...
Ariel me dio las instrucciones exactas para llegar donde la hechicera que me vendería la esfera de cristal. Conocía bien el Bosque Encantado, no me gustaba que fuera allá, dicen que es guarida de personajes siniestros; pero ella insistía en que no era un árbol y así pasaba horas caminando descalza por la zona. Una vez allí se encontró a una anciana que cargaba una canasta llena de manzanas, bastante fea la señora, sólo tenía un diente que se sobreponía en su boca, casi del mismo color oscuro de la verruga de su nariz, estaba vestida hasta los pies con una túnica negra, y que bueno que se cubría, así se le notaba menos la joroba y nos hacía menos daño a al vista. Como no llevaba dinero le cambió el espejo por una manzana, sí, una sola, a pesar de que tenía la cesta llena. Quedé estupefacto con su gesto de nobleza y me enamoré aún más.

Me sentí mal por haber dudado un poco de la gentileza de su alma, dejándome llevar por los chismes que inventaban los envidiosos, desde allí decidí no desconfiar nunca de ella, dijeran lo que dijeran. Aún se habla mucho de ella, sus hazañas son la gran novedad en los lodosos remolinos del estanco, pero son sólo rumores, cómo será que inventan, que dicen que se hace llamar la bruja escarlata por sus cabellos rojizos, sé que el rojo es su color preferido, pero ella es rubia.

Su padre me la dio en matrimonio, pero ni ella ni yo queríamos un matrimonio arreglado, yo sí quería que fuera con ella, la amo desde el primer momento en que la vi, lo di todo por ella, hice cada cosa que me pidió por extraño que sonase, pensé que así me ganaría su amor y viviríamos felices para siempre. Cada día se levantaba con un capricho diferente y el de esa vez fue uno no tan descabellado en realidad, se le metió en la cabeza que no se podía casa sin una esfera de oro macizo. Y tenía toda la razón, en parte fue mi culpa por no habérsela comprado antes, y es que es sabido por todos que es un instrumento indispensable para la supervivencia de cualquier princesa, al igual que un espejo parlante. Ese fue mi primer obsequio, lo recuerdo como si hubiera sido ayer.

En cuanto supe su deseo, encargué una docena, pero como las traían desde China, tardarían tres días en llegar y ella la quería ya. Fui rápido, tanto que ni siquiera me notó, la Princesa creyó que se le había resbalado. En uno de mis mejores saltos le quité de las manos la esfera con la que jugaba y la llevé al fondo del pantano. Ariel ya no la quiso, porque estaba enlodada, me acusó de ladrón y tenía razón. Ella me dio la idea, y me indicó dónde se encontraba la Princesa, pero no es que posea una mente perversa, no, su mente es como el hada de la fuente más pura. Fui yo, que enceguecido por mi pasión realicé el hurto.


Ahora lo que se le antojaba era una esfera de cristal y que yo tuviese dos piernas largas, de no ser así preferiría casarse con el basilisco que tenía como mascota, pedía poco. Me dijo que me convirtiera en humano o renunciara a amarla. Es que es muy sabia, siempre piensa hasta en el último detalle. Como ahora tenía dos piernas ya no podría nadar junto a mí, seguro eso le preocupaba muchísimo, ya me la imagino todas las noches, agobiada, pensando que no quería separarse de mí, que quería acompañarme en todo momento; así que si yo quería estar con ella debía tener dos piernas para poder caminar a su lado.

Cuando fui a buscar la bola, la hechicera me dio una pócima y me dijo que si lograba que una bella princesa me diera un beso antes de la media noche me convertiría en humano; obviamente fui corriendo a buscar los labios de mi amada Ariel, pero se rehusó por completo, me dijo que buscara otra forma, que por quién la tomaba, que ella no era de esas y todavía no estábamos casados, y si no había boda, no había nada, ni cogida de mano. Escuchar eso me tranquilizó, ahora entendía por qué nunca me tomaba de la mano, no sé cómo no se me ocurrió antes. Y es que estaba en todo su derecho, sin la bendición no se podía, ella es toda una dama, tan buena, tan correcta, tan llena de principios. Me sentí mal, no podía levantar la cara de la vergüenza, no sé cómo pude proponerle algo así.



Con tal que me fui a demandar a la hechicera por querer hacerme ensuciar el buen nombre de mi amada, de haberse tratado de un hombre, le hubiera retado a duelo como todo un caballero. Pero en esas me crucé con la Princesa Flor de Loto, que lloraba desconsolada por su esfera de oro, ¿qué más podía hacer yo que devolvérsela?, jamás me imaginé que fuera a agradecerme besándome, nuevamente fue mi culpa, no debí haber aceptado el beso, pude saltar de inmediato. Me imagino que el dolor que sintió Ariel fue más grande que el que sentí mientras me transformaba en humano, y sépase que es el dolor más grande que he sentido en mi vida. Estoy seguro que la pobre quedó destrozada, pero recordé mi pasada conversación con ella y no podía dejar a la princesa sin honra, así que me casé con ella.




...continuará...