Olmo, después de tantos años haciendome inefablemente feliz prometiéndome las mejores peras, al fin descubrí que nunca harás el menor intento por conseguirlas. Seré yó quien las siembre y las riegue con el agua salada del tiempo, del abismo, y la inagotable ilusión yuxtapuesta al amargo delirio, para finalmente cosechar mentiras, tristeza y egoísmo....