viernes, 30 de enero de 2015

Aunque estemos destinados a no ser....


No soy muy fanática de los libros de autoayuda, de hecho nunca he leído a Coelho, pero tuve suficiente con todos los libros de Riso y Cuauhtémoc que me hicieron leer en el colegio como para  no acercarme a uno más. El punto es que esta semana, este mes, este nuevo año, el fin del año o el inicio del cuarto de vida, me ha llevado a un nuevo estado que por el momento ya no sé como nombrar. En un primer momento pensé que me había vuelto sería y aburrida por falta de tiempo, luego pensé que simplemente era la madurez, ahora ya no sé si es depresión, cansancio o conformidad; tal vez sea un poco de todo, o tal vez, sea la vida con los pies en la realidad. 
Recapitulando, en diciembre, en uno de eso días donde el vacío de la ausencia se hizo más grande que mi estado de nirvana alcanzado gracias a la terapia "me vale madres", después de mucho pensarlo, de dejar de reprimir mis sentimientos y hacer catarsis me di cuenta que no me podía seguir autoengañando y con fe ciega le escribí a mi ex, y como en mi post anterior, le dije que no importaban las circunstancias siempre le iba a preferir, sobre cualquier cosa, persona o situación en este planeta. Creo que ya estaba preparada para una respuesta no recíproca, de hecho no la esperaba; sólo era algo que me estaba ahogando y que necesitaba salir; y debo de confesar que su respuesta me liberó, quizá el escuchar "ya no", era lo que me hacía falta para cerrar el ciclo, pues siempre fue una larga situación de silencios y palabras no dichas, donde mi actitud apresuradamente entusiasta y anti-derrotista me llevaba a tomar el silencio como un si, luego un quizá si, y luego un no me interesa saber....Quizá el hecho de que me haya pedido que le esperara en lugar de cerrar todo mundo posible desde el principio, me hacia mantener la fe. Pero cuando se cerró la puerta se sintió bien, o al menos eso pensé, hasta ahora, que hablando con una gran amiga, que se encuentra en una situación similar, trajo a colación la dichosa frase de Coelho y me puso a pensar... que quizá, a pesar de todo el esfuerzo, estamos destinados a no ser... y pensé que ya lo había asimilado con gran facilidad y en lugar de tristeza, sentía calma y tranquilidad, y la conformidad y la aceptación por una vez en la vida no era mala, pero ahora, que leo este párrafo de tan cuestionable fuente de sabiduría filosófica y existencial.. he vuelto a caer en la incertidumbre y la melancolía... Es tan triste aceptarlo y tan fatalista.... Desde antes que todo entrara en caos siempre opté por la opción de la puerta del destino, una antigua leyenda japonesa de la que se habla en la película de "Ah! MegamiSama". Se dice que si dos personas realmente se aman, al cruzar la puerta, el universo recompensará su amor y les permitirá estar juntos por siempre, sin embargo, si el amor de alguno de ellos no es verdadero o tiene dudas y miedos, nunca podrán volver a encontrarse.... Creo que sería más linda la vida sin tener que perder a ese amor infinito del que habla Coelho y tener que conformarse con el amor después del amor, que no está tan chido, pero digamos que es amor.... Por mi parte, creo que quizá por  un tiempo más le apostaré al plano mitológico, que como tú, es sólo tiempo perdido que me ayuda a respirar.... Si el destino no nos ha separado del todo, es que quizá aun estás o estamos en el umbral... Por lo pronto yo... te seguiré esperando del otro lado del arco... y seré en tus mares turbios, la estrella de un fanal.

y la melancolía me invade... y la confusión también...
Creo que siempre serás aire y yo.... agua estancada y meditabunda, reflejando el firmamento inalcanzable, hasta en el liminal horizonte, volviendo a la orilla una y otra vez... 





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