lunes, 6 de diciembre de 2010

Cuando reducías todo a un verso en pasado imperfecto…

Te dije que estaba bien cuando decaía mi fé y que flotaba en una nube de alegría cuando me ahogaba en mis sueños rotos, que suspiraba de alegría cuando me faltaba el aliento, que saltaba de dicha mientras mis lágrimas caían, que estaba en mi mundo de fantasía cuando pálidamente enmudecía, sórdida, cuando te escuchaba transformar nuestro tiempo en oraciones en pasado imperfecto, te dije que podía mientras salía corriendo para no escuchar el desenlace final en un futuro no progresivo.

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