domingo, 24 de mayo de 2009

Ausencia...

Ahora en su mundo algo rosa, completamente amarillo, lejos de la oscuridad de su universo icónico, que si no la estabilizaba, al menos le otorgaba cierto equilibrio; permanecía esperando, deseaba cantar y quebrantar el holograma de su nueva realidad. Le faltaba la desesperanza, la oscuridad del anterior, tanto brillo le deslumbraba, y en cierta forma le perturbaba.

Ahora deseaba que la oscuridad le rodease por completo, como lianas espinosas alrededor de sus brazos, como miles de esquelas negras incrustadas en sus venas. No es que estuviera bien disfrutar de la tristeza, pero si no la sientes, todas las sensaciones se mezclan, se confunden hasta el punto en que no puedes distinguir los que sientes o simplemente ya no sientes nada, o, en el mejor de los casos te es indiferente no sentir.

Peor ahora, que sabía de lo que era capaz, no se reconocía y por más que buscaba no se hallaba, añoraba su forma de entregarse a su propia voluntad sin límites, peor por otro lado no le importaba, no le importaba nada, nada que se pudiera identificar claramente, al menos eso pensaba, porque ya no le era tan fácil irse al extremo como antes y esa nostalgia sólo significaba ausencia, ausencia de algo que antes no estaba, que tampoco está ahora, y probablemente nunca estuvo, pero antes no se había percatado que le hacía falta.

Ahora quisiera renunciar a desear, le fue tan fácil la primera vez, que ahora no sabe qué pasa; por algún motivo se sigue aferrando a llenar esa ausencia, esa ausencia de todo y de nada, esa ausencia que no tiene justificación en un alma desilusionada.

Esa ausencia es lo único que se siente en este universo sin sentido que se niega a entender que ya todo está perdido, que se aferra a algo inexistente, producto de los desvaríos de una mente nocturna contaminada de tanto brillo, tan irreal, tan amarillo, tan desilusionador como deseable, tan lujurioso sin sentido.

Ya lo decidió, ahora irá en busca de su universo en tinieblas, donde no note el roto que le dejó la ausencia de algo que nunca realmente deseó tener, se va a deshacerse de la espera y tornar en soberbia lo que le queda de indulgencia, para que la nostalgia y la confusión no se apoderen de su ser.


3 comentarios:

Meg dijo...

A veces es mejor apartarse para dejar pasar el dolor o curar las heridas.


Muy lindo karime como siempre tu imaginacion sorprende.

Claudia S. dijo...

Sabes que es curioso? acabo de postear un tema con un nombre parecido al tuyo xD

Me encanta como escribes, no se de donde sacas tanta inspiracion. Para mi es dificil escribir, porque muchas veces no sé como plantear eso que siento en palabras escritas.

Es un gusto leerte Kari =)
Y creo que todos necesitamos de ese lado oscuro, o bueno, de alguna u otra forma ya es parte de nosotros.

Saludos!

Lamia dijo...

Esas ausencias si que embargan y destrozan.

Esas heridas deben sanar para dejarnos vivir.

Esas ausencias hay que llenarlas o hay que acostumbrarse.

Me encanta leerte.

*Si no me paso por aqui muy a menudo es solo porque no tengo internet, ademas ya estoy en cierre de cursos y trabajando duro no me queda mucho tiempo, a eso sumemosle que las tormentas hacen que se caigan los cables electricos muy a menudo.