lunes, 23 de junio de 2008

La Pregunta del Millón


Inicio este escrito con esta frase tan eventual, pero que realmente a todos nos ha pasado. Todo ocurre en un día normal, ni lluvioso ni soleado, las palabras y las sonrisas vienen y van buscando algo pero sin decir nada específico, hasta que de repente y sin pensarlo dos veces se pronuncia la pregunta del millón, esa que no tiene nada que ver con el tema que llevas media hora desarrollando, o con algo relacionado, que ni siquiera se tocó la semana o el mes pasado; el caso es que se formula la pregunta, esa de la cual evidentemente sabemos la respuesta, aunque hasta ese momento nunca la habíamos pensado.

Tienes la verdad en la punta de la lengua, pero la escondes bajo una mirada convincentemente evasiva que a la vez oculta tu turbación y no te queda más que devolver el balón y contestar con un ¿y por qué la pregunta?¡Y en serio, por qué tenía que preguntar, además así, tan inesperadamente! ¿Cuánto tiempo tendría la idea en la cabeza esperando el momento adecuado para lanzarla? Esta pregunta te desestabiliza el mundo que con tanto trabajo habías logrado medio mantener en equilibrio, al menos lo suficiente para poder dejar de preguntarte todos los días el por qué de tus acciones.

Al final no contestas ni si, ni no. Pero la historia terminara allí, ahora todas tus emociones entran en crisis invadidas de esa atmósfera ambigua que creaste tan bien que hasta a vos misma te hace dudar y en lo único que podes pensar así hayan pasado tres horas es en “por qué mi ex quiere saber si estoy con alguien más”. Obviamente tu no te aguantaste las ganas y también le preguntaste, pero si lo pensas bien él tampoco te dejó claro si sí o si no; y te invade esa cólera que te pone histérica y te hace querer gritar, y esta bien, hasta que das con otro descubrimiento y a partir de ahí se vuelve cadena: Las ganas de gritar son sólo un método de evasión para postergar el eje de tus cavilaciones “Por qué no he salido con alguien más” a decir verdad no te han faltado propuestas, pero a todas le buscas un pero y los mandas a volar; lo que te lleva a pensar cuántos de esos peros eran verdaderos y cuántos te inventaste para no sólo negarle a él, sino negarte vos misma la posibilidad, lo que finalmente te lleva a pensar si te convertiste en una amargada insensible negada a la ilusión del Amor.

Pero antes de sacar conclusiones te vuelve a la mente esa frase que quedo resonando como música de fondo en tu cabeza, y pensas: Si ninguno de los dos ha conseguido a alguien más es porque en el fondo aun guardamos la esperanza de volver en un futuro, que en realidad nuestros sentimientos no han cambiado ni por un momento, sólo se encuentran en un breve receso que en cualquier momento podría terminar y volveríamos a lo de antes. O simplemente en la cotidianeidad de los eventos y en lo profundo de nuestro corazón aún queda un leve sentimiento que nos limita y nos hace sentir falsos y desleales al momento de entablar una relación y por eso no nos atrevemos, preferimos esperar a que sea el otro quien rompa ese lazo de fidelidad para sentirnos libres y menos culpables a la hora de actuar en un contexto que va más allá de la amistad.


La verdad no sé, y entre tantos pensamientos ya olvidé hacia dónde iba la idea, lo único que puedo decir con certeza en este momento es que finalmente descubrí que no soy específica con lo que quiero porque no sé lo que quiero pero aún así lo quiero. Quiero garantías, no quiero estar a la expectativa, quiero que mi vida sea sólo MíA y quiero carácter para preocuparme por Mí y por Mí; porque ya llevo mucho rato haciéndolo por los demás y siento que no voy a ningún lado de ese modo; y a riesgo de parecer egoísta quiero hacer lo que me de la gana, para ser la única dueña y responsable de mis acciones; tal vez por eso es que sigo sola, para no pensar en cómo mis acciones pueden repercutir en forma nociva en los demás y peor aún si estoy enamorada de ese alguien. Y no es que le tenga miedo al Amor, no es fácil amar y menos cuando no sabes que hacer con tu vida, cómo vas a pensar coherentemente en hacer una con alguien más.

A muchos no les importa y simplemente se dejan llevar; yo no podría hacerlo, algunas veces creo que debería, pero no soy así y sé que no pararía de pensar si esta bien o está mal. Es así de simple. Mi continuo intento por hacer lo correcto y que todo este bien no me deja actuar. Es increíble que la pregunta de mi ex me lleve a analizarme tan profundamente y sacar conclusiones tan ciertas de mi misma, pero es mejor que sentarme a llorar esperando que el mundo me de una respuesta que posiblemente voy a dejar pasar.



Kari/15/06/08!

1 comentario:

Magenta... dijo...

jajaja si suele suceder.. creo k solo necesite dame cuenta k el no habia roto el "pacto" ese para decidirme a darme una oportunidad.. jajaja y tpoy happy.. no se ha dado aun pero toy happy!! so happy

ex... ex.. son de lo mas XXX