Te ví de nuevo...

No fue un apretón cortés de un saludo formal, me tendiste tu mano como invitándome a bailar, fue un gesto muy rápido, aún seguía caminando cuando estiré mi brazo izquierdo hacía ti y te dí mi mano, la sujetaste fuerte, pero delicadamente como pidiéndome que no me marchara.
No contestaste mi mensaje, ahora lo entiendo, pudiste haberme avisado y así no tendríamos una excusa para vernos de nuevo, querías que fuera hasta tí otra vez, lo sé, lo sentí, empezó en la palma de mi mano, se metió en mis venas y se difundió por todo mi cuerpo; para que no se me notará la emoción la confundí con una tierna sonrisa de aprobación, aunque fue inútil, llegó hasta la yema de mis dedos, entonces me traicionaron y se aferraron a tí.
Creo te gusta verme sonreír, cuando lo hago no sabes si mirar mis labios o mis ojos, supongo que aún no sabes que es mi truco para acortar palabras y evitar ir más lejos. Nuevamente nuestra conversación terminó antes de tiempo, esta vez no fue mi intención, supongo que estabas ocupado. Volteé hacía tí, más por curiosidad que por intuición, estabas ahí parado viéndome salir, entonces, lucías serenamente alegre, ¿sería por mi? ¿el cálido roce de nuestras manos creo algún tipo de empatía y al igual que yo me imaginabas regresando a tu lado?